Creo firmemente que el cielo es diferente para cada quién, bueno, primero que nada supongo que debo decir que creo en el cielo: que al terminar esta vida, hay algo más.
Existe la imagen de un cielo lleno de nubes con una reja grande dorada al frente, paz y tranquilidad, pero ese es el cielo de las caricaturas. Parecido al que cuando estamos niños todos dibujamos una casa igual, un rectángulo como base, un triangulo como techo, de esa misma manera crecemos con una imagen del cielo.
Pero a pesar de esa imagen fija que existe del mas aya (si es que lo hay) me da la idea que cada uno de nosotros escogemos nuestro cielo, nuestro paisaje, nuestro “siguiente mundo” de a cuerdo a lo que nos gusta, lo que esperamos ver al morir, o lo que nos faltó por completar.
Y como sería el cielo de cada quién…(¿Tendría chocolates que no engordaran?)
¿Cómo sería mi cielo?¿Cómo imaginaba mi siguiente paso en la vida (¿se puede llamar vida?) que sigue después de aquí? (si es que me llego a ganar el cielo, pero digamos, y espero, que si…) Y llegue a lo que creo que sería la culminación de mis deseos digno de ser el cielo. Decidí que mi cielo seria el entender todo, absolutamente todo: la gente, el porque de las cosas, entenderme a mi, comprender el mundo, aceptar simple y sencillamente. Estar en paz con la razón y el porque de todo.
Pero si entiendes todo ya “no tiene chiste”, me entró la realización de que al entender todo, el mundo va carecer de sentido porque al saber lo que va pasar, se quita el saborcito, le quitas lo picante de la vida, la emoción de lo desconocido.
Entonces mi cielo no sería el comprender la razón de ser de lo que rodea como había pensado, sino que mi cielo sería el comprender la razón de ser de lo que rodea (por un ratito) y olvidarlo, regresar al no entender, a la duda, a la incertidumbre, pero recordando que alguna vez supiste, teniendo esa tranquilidad de que si hay una razón, a pesar de no comprenderla.
